viernes, 31 de marzo de 2017

Asesinan periodistas para disciplinar medios


Asesinan periodistas para disciplinar medios

Webb, un periodista que ostentaba el premio Pullitzer, reveló las operaciones de tráfico de drogas de la CIA en una serie de artículos y reportajes para la publicación San José Mercury News. 

Fue encontrado muerto el viernes en la mañana en lo que la policía describió como un aparente suicidio.


No son, no pueden ser, efectos colaterales e indeseados de la guerra contra el narcotráfico. Los periodistas críticos son uno de los objetivos. No el único, porque el blanco principal siguen siendo los de abajo organizados. 

El asesinato es el modo que tienen los de arriba, esa compleja alianza narco-empresarial-estatal, para desorganizar movimientos y para neutralizar a los periodistas críticos y a los medios (pocos) que los publican. Me resisto a verlo de otro modo, por la propia historia de los medios.

Hasta hace algunas décadas, hasta los años 70 u 80 (fechas algo arbitrarias), quienes ponían orden en las redacciones eran los jefes de sección: política, sociedad, cultura, y así. El consejo de redacción era una suerte de comité central en los diarios y revistas semanales, que eran los medios más difundidos, seguidos y apreciados por quienes deseaban informarse con un mínimo de calidad en cuanto a los análisis y el estilo.

El jefe de cada sección acostumbraba reunirse con el grupo de periodistas que le tocaba dirigir, les proponía temas y escuchaba alguna observación, menor porque el poder funcionaba de arriba abajo. 

Un viejo periodista tupamaro, que oficiaba luego de la dictadura uruguaya como editor del quincenario Mate Amargo, solía decir –medio en broma medio en serio– que el buen periodista se limitaba a preguntar cuántas líneas debía escribir (hasta entonces no se mentaban caracteres) y, sobre todo, si la nota debía ser a favor o en contra.

Con los años, la crisis de las jerarquías y, sobre todo, del patriarcado, las relaciones en los medios (por lo menos en la prensa que es lo que conozco), sufrieron un fuerte cimbronazo. A propósito, el consejo de redacción de Brecha está hoy integrado sólo por mujeres, la directora y las cuatro jefas de cada sección, son mujeres. Y jóvenes.

Más que cambio, un verdadero tsunami que habría dejado perplejos a los periodistas con los que nos formamos, muchos de ellos provenientes de la mítica Marcha, donde escribieron entre otros Carlos María Gutiérrez (autor de la primera entrevista a Fidel en Sierra Maestra y fundador de Prensa Latina junto a Rodolfo Walsh) y Gregorio Selser, quien también colaboró en La Jornada.

Hoy las redacciones son bien distintas. Los y las periodistas suelen tomar la iniciativa, proponen temas y definen las formas de abordarlos, encaran investigaciones sin esperar el visto bueno de sus jefes. 

Se comportan cada vez con mayor autonomía y, aunque pueden ser una minoría, saben lo que quieren y el modo de conseguirlo. Aunque no la conocí personalmente, Miroslava Breach debe haber pertenecido a esta estirpe y abrevado en el mismo pozo.

Lo que pretendo decir es esto: se asesina periodistas en vez de atentar contra medios, como se hacía antes; y ahí están las decenas de periódicos cerrados por las dictaduras o el atentado contra El Espectador en Bogotá por el grupo de Pablo Escobar, en 1989, con más de 70 heridos. 

Los periodistas críticos –reporteros, fotógrafos, etcétera– son un objetivo en sí mismos, como lo son los dirigentes de movimientos antisistémicos.

En los 20 años que duró la guerra de Vietnam (1955-1975) fueron muertos 79 periodistas (http://goo.gl/FO3meD), habiendo sido el conflicto armado con mayor cobertura de prensa en la historia y uno de los más letales, con una cifra de muertos que, según las fuentes, superó los 4 millones. 

La cifra contrasta vivamente con los más de 120 periodistas asesinados en México desde 2000, en una situación completamente diferente a la del sudeste asiático.

El aumento de los crímenes contra periodistas forma parte del control a cielo abierto que realiza el sistema, para lo cual se vale tanto de los aparatos armados del Estado como del narco. El modo de operar ha cambiado de forma radical en el pasado medio siglo.

A partir de Vietnam, donde el periodismo jugó un papel relevante a la hora de informar a la población, comenzaron a cerrarse puertas. Imágenes como la de la niña desnuda huyendo de un bombardeo con napalm o la cinta de un oficial ejecutando de un tiro en la cabeza a un guerrillero desarmado, contribuyeron de modo decisivo para volcar a la opinión pública –en particular a la estadunidense– contra la guerra.

En muchos sentidos el fracaso de Vietnam fue un parteaguas. Ahí nacieron las políticas sociales de la mano de Robert McNamara, quien se había desempeñado como secretario de Defensa durante Vietnam y luego como presidente del Banco Mundial, quien comprendió que las guerras no se ganan con armas. Esas política, devastadoras de la autonomía y autoestima de los de abajo, hasta el día de hoy, son hijas de la derrota militar yanqui.

Esos mismos años sucedieron dos hechos adicionales que vale recordar.

Uno, el capitalismo contra-ataca al movimiento obrero con una completa restructuración laboral, de la cual nace la automatización en los países centrales y la maquila en los periféricos.

Dos, la guerra contra las drogas hizo sus primeros ensayos contra el partido Panteras Negras, en EEUU a finales de la década de 1970, asesinando dirigentes y desarrollando el llamado Programa de Contrainteligencia, para aniquilar una organización que había conseguido hondos vínculos comunitarios. De la mano de la FBI se inundaron los barrios negros de drogas, como parte de la lucha contra la insurgencia.

A propósito, es necesario recordar que el periodista californiano Gary Webb fue suicidado en 2004, presuntamente por los servicios de inteligencia estadunidenses, por sus investigaciones que pusieron en evidencia las conexiones de la CIA con la venta masiva de crack en barrios negros para financiar las guerras ilegales del Pentágono.

Es evidente que la alianza narcos-estado-burguesía goza de buena salud, siendo uno de los más sólidos pilares de los regímenes llamados democracias. Pese al horror, no debemos perder el norte: los asesinatos forman parte de una guerra contra los pueblos. No matan por ser periodistas sino por su compromiso con los de abajo.

Raúl Zibechi

Fuente: LA JORNADA

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro