domingo, 12 de febrero de 2017

EEUU ha robado y oprimido salvajemente a México durante casi 200 años. No tiene ningún derecho a dar órdenes a nadie

Estados Unidos ha robado y oprimido salvajemente a México durante casi 200 años y no tiene ningún derecho en absoluto a darle órdenes



El viernes 27 de enero, se canceló una reunión programada entre Donald Trump y el presidente de México Enrique Peña Nieto. 

El mismo día, Trump tuiteó: “México ya se ha aprovechado de Estados Unidos suficiente tiempo. Los masivos déficits comerciales y poca ayuda en la frontera debilísima tienen que cambiar. ¡AHORA!”

¿¡¿“Frontera debilísima”?!?

En 1846 Estados Unidos invadió a México y robó —sí, robó— el 55 por ciento de su territorio. 

El Sudoeste de Estados Unidos, de Texas a California y al norte a estados como Nevada y Colorado, una vez era parte de México.

La frontera entre los dos países es una de las zonas más fuertemente militarizadas en el mundo. 

Aviones no tripulados y aviones de vigilancia acechan en el aire; barcos de patrulla rastrean por las aguas del Pacifico y del golfo de México; decenas de miles de agentes fuertemente armados de toda variedad concebible “del orden público”, y cientos de justicieros-vigilantes hormiguean en el terreno y hay varias bases militares grandes; la propia frontera está hendida de alambre de púa, alambre de cuchillas y sí, muros.

Todo lo anterior está de un solo lado — el estadounidense. 

Todo se dedica a impedir que entren inmigrantes empobrecidos en busca de trabajo. Los que logran pasar al Norte encuentran un paisaje salpicado de campos de concentración llamados “centros de detención”, donde incluso a los niños los someten a un trato que no es otra cosa que la tortura.

¿¡¿“Masivos déficits comerciales”?!?

Una piedra angular de la riqueza y poderío mundial estadounidense ha sido su explotación despiadada de México. 

Durante más de un siglo, algunos de los pilares más rentables y poderosos de la economía estadounidense —las grandes regiones agrícolas de California y las ricas minas del Oeste y Sudoeste— se desarrollaron sobre el lomo de los mexicanos y sus descendientes. 

Desde hace décadas, la cruel explotación de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos ha sido un elemento central del desarrollo rentable del imperialismo estadounidense. 

Los inmigrantes trabajan en industrias esenciales en todos los estados de Estados Unidos — en los trabajos mal pagados de las fábricas y del campo, o de taxistas o barrenderos. 

Todos viven la generalizada y racista discriminación e insultos en todos los ámbitos de su vida, y aquellos que no tienen documentos viven al día con el temor de que los corran debido a su condición migratoria o que caigan en una redada migratoria.

¿!¿“México ya se ha aprovechado de Estados Unidos”?!?

El capitalismo-imperialismo estadounidense le ha exprimido a México una riqueza casi ilimitada — de su agricultura rica y variada; de su producción petrolera; de las maquiladoras que se extienden a lo largo de la frontera y someten a mujeres jóvenes a una explotación y un abuso extremos e implacables. 

Más que nada, ha obligado a millones de personas a separarse de sus familias, sus amigos, sus comunidades… y a emprender una travesía desesperada por un terreno difícil, pasando entre soldados, agentes fronterizos y racistas con la esperanza de conseguir un trabajo pésimo en el Norte. 

El imperialismo de forma literal le chupa el calcio de los huesos a los trabajadores agrícolas: si usted cree que eso exagera — lea algo sobre los campesinos de Guanajuato.

Ahora Trump toma medidas para aumentar enormemente el número de personas que serán deportadas, calificando de “criminal” a casi cualquier persona arrestada por cualquier “ofensa”. 

Dice que castigará a los municipios que no cumplan con un mandato federal que los obligaría a preguntar sobre el estado migratorio de las personas y a entregar toda la información que tengan a las autoridades migratorias, para que puedan detener y deportar a las personas. 

El vocero de Trump dijo: 
“Vamos a crear más espacio para la detención de inmigrantes ilegales en la frontera sur para que sea más fácil y más barato detenerlos y devolverlos a su país de origen”.

La renegociación de la explotación

En 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Estados Unidos, Canadá y México. 

Esta semana Trump tuiteó:
“Yo renegociaré el TLCAN. Si no puedo obtener un gran trato, lo vamos a desechar”. Dice que esa amenaza obligará a “México… a darle un trato justo y respetuoso a Estados Unidos”.

Otra de las grandes mentiras de Trump es que el TLCAN ha victimado a Estados Unidos y enriquecido a México

Pero en esta situación, 
¿quién es el que jode y quién es el jodido? 

Como escribió Laura Carlsen del Centro de Política Internacional: 

“El TLCAN dejó una estela de destrucción por todo México”. Los salarios han desplomado; los precios y el desempleo han subido. 

He aquí un ejemplo: 
más de dos millones de campesinos mexicanos y sus familias han tenido que abandonar sus tierras porque la masiva importación de cereales altamente subsidiados de Estados Unidos ha socavado su capacidad de ganarse el sustento.

El capital estadounidense ha inundado a México, aprovechando la “mano de obra barata” (o sea, la gente brutalmente explotada) para reducir sus costos generales de producción y a la vez distorsionar el desarrollo de la economía general de México. 

El TLCAN ha abierto a México al saqueo imperialista aún más absoluto y devastador. Ha contribuido al empobrecimiento de millones de mexicanos y al enriquecimiento del imperialismo estadounidense.

Pero eso no basta para un sector fascista de la clase dominante estadounidense que se ha unido en torno a Trump, que se ha puesto a imponer una explotación aún más implacable de los inmigrantes en Estados Unidos y una dominación aún más desenfrenada de México. 

Trump se propone someter por completo a México. 

A verlo: 

¿Qué maldito derecho tiene Trump o Estados Unidos de imponer su voluntad sobre la gente del mundo y luego insistir: 

“Más vale que nos traten bien”? 

¡Estados Unidos no tiene ningún derecho de hacerlo!

Trump exige renegociar el TLCAN para que le beneficie aún más a Estados Unidos y le exprima aún más al pueblo de México. 

Esta amenaza empeorará muchísimo las condiciones del pueblo mexicano: 
más desempleo, más niños en la pobreza, nuevas alturas de caos en una sociedad que ya se agoniza por las matanzas y violencia de los cárteles del narco.

Fuente: /revcom.us

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro