domingo, 8 de enero de 2017

IMPERIALISMO HUMANITARIO o el USO de los DERECHOS HUMANOS para VENDER la GUERRA

IMPERIALISMO HUMANITARIO O EL USO DE LOS DERECHOS HUMANOS PARA VENDER LA GUERRA


Tras el final de la 1ª Guerra Fría, la idea de los “derechos humanos” ha sido utilizada como justificación por parte de los poderes militares y económicos –singularmente por parte de Estados Unidos– para tomar el control de otros países, mediante una “intervención humanitaria”. 
Los criterios utilizados para llevar a cabo esa intervención son totalmente arbitrarios y en cualquier caso, conducen a un escenario en el que las víctimas, en lugar de disminuir, aumentan de manera exponencial.
Así sigue ocurriendo en Afganistán, Iraq, Libia y, sobre todo, en Siria, en donde la larga duración del conflicto permite analizar a la luz de la impresionante documentación acumulada, la peligrosísima aberración que supone para la paz mundial que el papel de la ONU haya sido sustituido por la voluntad del actual -y afortunadamente, pronto cesante-inquilino de la Casa Blanca.

La “ideología de la intervención” ha sido compartida ampliamente por la izquierda, ciega ante el hecho de que los nuevos modos del imperialismo estadounidense hoy se enmascaran bajo la defensa de los Derechos Humanos. 
Poniéndolo de manifiesto, Jean Bricmont establece el verdadero papel que cumple la ideología intervencionista en la expansión del concepto de "guerra permanente" y el papel que juega Estados Unidos en su nefasta implantación, secundado por la OTAN y la Unión Europea, en un incremento de las acciones bélicas que pueden calificarse ya de guerra global.
Con motivo del décimo aniversario de la publicación del libro "Imperialismo humanitario. El uso de los Derechos Humanos para vender la guerra", publicado en España por el Viejo Topo, su autor, Jean Bricmont, profesor en la Universidad Católica de Lovaina, fue entrevistado para hablar de las principales ideas desarrolladas en el libro, con el conflicto de Siria como telón de fondo.
Ángel Ferrero: Han pasado 10 años desde la publicación en español de Imperialismo humanitario. ¿Qué le llevó a escribir entonces este libro?

Jean Bricmont: Comenzó como una reacción a la actitud de la izquierda durante la guerra de Kosovo, en 1999, que fue en gran medida aceptada con argumentos humanitarios, y también a la más bien débil oposición del movimiento pacifista antes de la invasión de 2003 en Irak.
Por ejemplo, muchos "pacifistas" aceptaron la política de sanciones impuesta en la primera guerra del Golfo, en 1991, e incluso después, y eran favorables a las inspecciones en los días previos a la guerra sin darse cuenta de que era una maniobra para preparar a la opinión pública para que la aceptase, algo que se hizo público a través de filtraciones posteriores, como los llamados papeles de Downing Street.
Me parecía que la ideología de la intervención humanitaria había destruido por completo en la izquierda cualquier noción de respeto al derecho internacional, así como cualquier actitud crítica hacia los medios de comunicación.
A.F.: ¿Qué cree que ha cambiado en estos últimos diez años?
Han cambiado muchas cosas, aunque me temo que no debido a mi libro. Se trata, más bien, de una realidad que se ha revelado por sí misma, primero, con el caos en Irak, luego en Libia y ahora en Siria y en Ucrania, conduciendo a la crisis de los refugiados y a un estado próximo a la guerra con Rusia, que no sería un simple desfile militar.

Los imperialistas humanitarios siguen ocupados empujándonos hacia nuevas guerras, pero ahora hay una parte considerable de la opinión pública que está en contra de estas políticas. Esa parte es probablemente más importante en la derecha que en la izquierda.
A.F.: Una de las preocupaciones del libro es la degradación del discurso público. ¿Cree que la situación empeorado? ¿Cómo valora el impacto de las redes sociales?
J.B.: El discurso público ha ido de mal a peor, al menos en Francia. Este hecho está relacionado con la censura constante, ya sea a través de demandas legales o campañas de demonización, o del discurso políticamente incorrecto, en el que se incluye a quienquiera que cuestione el discurso dominante sobre los crímenes de nuestros enemigos y las justificaciones para las guerras.
Las redes sociales son la única alternativa que queda a los disidentes, con el inconveniente de que, allí, cabe cualquier cosa, incluyendo las teorías más descabelladas.

A.F. Algunos comentaristas señalan que Rusia está utilizando actualmente su propia versión de la “ideología de los derechos humanos” para justificar su intervención en Crimea o su campaña de bombardeos en Siria contra el Estado Islámico. ¿Le parece justa esta comparación?
J.B.: No creo que Rusia ni siquiera alegue intervenir por motivos humanitarios. En el caso de Crimea, se basa en el derecho a la propia autodeterminación de un pueblo que es básicamente ruso, que fue vinculado a Ucrania de manera arbitraria en 1954 (en una época en la que no importaba demasiado, porque Ucrania era parte de la Unión Soviética) y que tenía todas las razones del mundo para temer un gobierno fanáticamente antirruso en Kiev.
En el caso de Siria, han respondido a la demanda de ayuda del gobierno de ese país para combatir a los terroristas procedentes del extranjero. No veo por qué es menos legítima que la intervención de Francia en Mali, que también fue demandada por el gobierno de ese país, o la intervención, más reciente, de Estados Unidos en Irak contra el Estado Islámico.
Por supuesto, los movimientos de los rusos pueden demostrarse como equivocados y pueden debatirse desde un punto de vista pacifista, pero la cuestión fundamental es la siguiente: 

¿Quién empezó a desmantelar el orden internacional basado en la Carta de la ONU y la premisa de igual soberanía de todas las naciones? La respuesta, obviamente, es Estados Unidos y sus aliados (en los viejos tiempos, uno estaba acostumbrado a decir lacayos). Rusia sólo está respondiendo a ese desorden y lo hace a través de vías legales.

A.F. No abandonemos Siria. Algunos políticos europeos exigen una intervención militar en Siria y Libia para restaurar el orden y detener el flujo de refugiados hacia la Unión Europea. ¿Qué opina de esta crisis y de las soluciones planteadas por la UE?
J.B.: Los políticos no saben resolver el problema que ellos mismos han creado. Sobre el conflicto, diré que exigiendo la dimisión de Assad como condición previa a resolver la crisis siria y apoyando a los llamados rebeldes moderados (la etiqueta moderado significa aquí, en la práctica, que son los que han sido escogidos por nosotros), impide cualquier solución en Siria. Es más, una solución política debería estar basada en la diplomacia y esto último presupone una evaluación realista de las fuerzas.
En el caso de Siria, ser realista significa aceptar el hecho de que Assad tiene el control del ejército y tiene aliados extranjeros, Irán y Rusia. 

Ignorar este hecho es una manera de negar la realidad y de rechazar dar cualquier oportunidad a la diplomacia.

Nadie probablemente esperaba la crisis de los refugiados, pero ocurre en un momento en el que los ciudadanos europeos son crecientemente hostiles a la inmigración y a la construcción europea. La mayoría de los gobiernos europeos se enfrentan a lo que llaman movimientos populistas, esto es, movimientos que exigen una mayor soberanía para sus propios países.
El flujo de refugiados no podría llegar en peor momento desde el punto de vista de los gobiernos europeos, por lo que intentan resolver el problema como pueden: con países periféricos como Hungría alzando vallas (que denuncian en público, pero de las que probablemente se alegran en privado), reintroduciendo controles fronterizos, pagando a Turquía para que se haga cargo de los refugiados, etcétera.
También hay, por supuesto, llamadas a intervenir en Siria y resolver el problema "en su origen". 
¿Pero qué es lo que pueden hacer ahora? ¿Prestar un mayor apoyo a los rebeldes creando una zona de exclusión aérea, por ejemplo, y arriesgándose a tener una confrontación directa con los rusos? ¿Ayudar al ejército sirio a combatir a los rebeldes, como hacen los rusos? Pero eso significaría dar la vuelta a años de propaganda y políticas contrarias a Assad.
En suma, son rehenes de su propia situación, lo cual es una posición incómoda.
A.F.: Me gustaría preguntarle sobre Imposturas intelectuales, el otro libro que le hizo conocido para el público no especializado. Este libro, coescrito con Alan Sokal, es una crítica al posmodernismo. 

¿Sigue existiendo esa influencia del posmodernismo entre los académicos y en la opinión pública?

Si la izquierda quiere crear una sociedad más justa, ha de contar con una noción de justicia. Si adopta una actitud relativista hacia la ética, ¿cómo puede justificar sus objetivos? 
También tiene que denunciar las ilusiones y mistificaciones del discurso dominante.
Es mejor respaldarse en una noción de verdad que no es una “construcción social”, sin más. 
El posmodernismo ha contribuído en gran medida a la destrucción de la razón, la objetividad y la ética en la izquierda, y la ha conducido a su suicidio.
(Entrevista completa en: http://elsacodelogro.blogspot.com.es/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro