martes, 31 de mayo de 2016

El Concepto de Libertad en la Derecha Española - Los Vídeos de la Boda de ‘El Bigotes’



Los vídeos de la boda de ‘El Bigotes’: 

del abrazo a Correa a las loas a Camps "el cojonudo"

El Bigotes cogió un micrófono, se subió al estrado y cogió aire. Recorrió con su mirada todas las mesas de invitados a su boda y aclaró su voz con un carraspeo que enmudeció de golpe al centenar de asistentes. “Estoy feliz”, dijo satisfecho. “Estáis todos a los que quiero y los que tenéis que estar”. 

Un cerrado aplauso precedió a un largo speech en el que Álvaro Pérez dio las gracias, uno por uno, a cada uno de los presentes. 

Este discurso, al que ha tenido acceso en exclusiva un digital, constituye el documento, hasta ahora inédito, que mejor refleja la estrecha relación personal y profesional de los responsables de la denominada trama Gürtel con el PP de Valencia. Porque allí estaban presentes los unos y los otros.
La mirada acuosa y los largos silencios de Pérez rompieron de golpe la dinámica festiva que había presidido la jornada de aquel 14 de marzo de 2008 y llenaron de dramatismo el momento. Hasta entonces sólo se hablaba de los camareros del convite. Todos ellos actores contratados que servían atropelladamente a los políticos, se ensuciaban al recoger los platos, amenazaban con salpicar a sus señoras y masticaban mondadientes mientras El Bigotes disfrutaba con la gamberrada.

LOS "MOTORES" DE SU VIDA



Quien está considerado por la Justicia como uno de los principales cabecillas de la trama Gürtel -concretamente el número tres de la trama pese a que realmente siempre fue un empleado de Correa- y su máximo responsable en la Comunidad valenciana, dijo a los asistentes que en su vida “hay tres motores”: “la familia”, los “amigos” y su “trabajo”. Todos ellos representados “por ese orden” en aquel evento, que se celebró en el vanguardista edificio Veles e Vents del puerto de Valencia en un mediodía primaveral.
Pérez dio la orden expresa de que su enlace, que concentró al poder político y empresarial de la comunidad, fuera grabado en alta definición y las imágenes del evento habían permanecido custodiadas hasta ahora en el olvido entre la documentación requisada por la Policía.
Con su ya célebre mostacho más reluciente que nunca, engominado hacia atrás y visiblemente emocionado, hizo un par de bromas con sus familiares para romper el hielo pero se detuvo, tras hacer hincapié en algunos de sus grandes amigos personales, en una mesa en concreto.

LA MESA PRESIDENCIAL 

Aquella en la que, como destacó en su alocución, le gustaría haber estado “a cualquier periodista de España”, que “se daría de hostias para saber lo que estaba pasando en ella”. La presidía Francisco Camps y reunía en torno a su figura a toda la gente que más “había ayudado” a Pérez en Valencia desde su aterrizaje cuatro años antes como ejecutivo de la empresa Orange Market, encargada de organizar mítines y eventos para el PP. O lo que es lo mismo, a los pesos pesados de su gobierno. Entre ellos, al ex secretario general del partido, Ricardo Costa; y a los ex vicepresidentes Vicente Rambla y Víctor Campos.
También asistieron el ex diputado y ex vicesecretario general del PP valenciano David Serra; la ex tesorera de la formación Yolanda García; el ex presidente de Feria de Valencia, Alberto Catalá; o el ex responsable de la televisión autonómica valenciana Pedro García. 

En la imagen, Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat valenciana. A su derecha, Ricardo Costa, ex secretario general del PP de Valencia. A su izquierda, Vicente Rambla, ex vicepresidente de la Generalitat valenciana. Al fondo, en otra mesa, Francisco Correa. A la derecha de la imagen, y girado, Víctor Campos, ex vicepresidente de la Generalitat valenciana.
Pero por encima del resto, “uno de los dos Pacos más importantes” de la vida de Pérez, Camps, que “un día le dijo que tenía que ir a vivir a Valencia”. “Y aquí estoy, gracias a él y por él”, remarcó. “Pero de él hablaré más adelante”, apuntó manteniendo el suspense y reservando el gran momento del discurso para más adelante.
Se centró entonces en el otro Paco. “No puedo hablar de Paco Camps sin hablar de Paco Correa. Os podéis imaginar lo importante que es en mi vida”. A Alvaro Pérez se le quebró la voz, rompió a llorar y se fundió en un abrazo con su jefe que sellaba su lealtad al líder.
A renglón seguido el auditorio se giró instintivamente mirando al presidente de la comunidad autónoma, que aguardó su turno con una media sonrisa. Porque ya no quedaba nadie más que él por presentar. “Yo leía un artículo antes de ayer en el ABC de una periodista que era bonito de narices. Presidente, muy bonito”, enfatizó El Bigotes. “Decía: ‘Paco Camps, presidente de la Generalitat, al que todo el mundo le llama Paco’. Será ella, porque yo siempre te llamo presidente. Bueno, Isabel, tú sí”, agregó dirigiéndose a su esposa. “¿Pero los demás? ¡Qué confianzas, joder!”.

"CHICO, VENTE A VALENCIA"

“Bueno, un día me vio sufrir, me vio cansado de trabajar en Madrid y me dijo: ‘Chico, vente a Valencia’. Y aquí estoy, presidente. Siempre me ha dado cosas buenas, siempre se preocupa de mí. Y no es fácil… Todos los días está en los periódicos, en las radios, todo el mundo habla de él y dice que va a dirigir nuestro país pero yo no quiero que se vaya muy lejos porque es cojonudo como amigo... Y no falla jamás”. El mayor de los aplausos puso punto y final al speech y dio al pase al baile y a las copas, quedando inmortalizada toda una época.
Sin embargo, la alegría duró muy poco. Menos de un año después, en febrero de 2009, la Audiencia Nacional ordenó la detención de los principales responsables de la trama Gürtel por corrupción. La Justicia pide para ellos decenas de años de prisión en diferentes causas por financiar ilegalmente al PP valenciano, regar con regalos a sus dirigentes y beneficiarse de contratos públicos irregulares.

Las imágenes de la boda contrastan ahora con la frialdad del banquillo de los acusados de Valencia, en el que se juzgan aquellos años y en el que aparece solitario quien se presentó en su boda como un “albañil de la puta política” y prácticamente han desaparecido por completo los capataces políticos de aquellas obras faraónicas.


El concepto de libertad 

en la derecha española

“la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida…”, 
Hace unas horas, uno de los organizadores de la feria informática y de negocios que se está celebrando en Madrid definía el maravilloso evento bautizado -como casi todo lo que tocan los desaprensivos- con un nombre inglés que me niego a pronunciar, como un encuentro de líderes, de emprendedores, de individuos dispuestos a ser depredadores en vez de presas. 

Lo decía con la mayor naturalidad, como si el darwinismo social –que está en la raíz de todos los movimientos nazi-fascistas- fuese una opción válida en una sociedad civilizada. 

Según sus palabras la feria, el simposio, el congreso o lo que sea esa reunión de espabilados, ponía en manos de los participantes los instrumentos necesarios para poder elegir entre ser verdugo o decapitado, dándonos a entender que en este mundo salvaje que hemos consentido que nos monten hay que elegir entre una de esas dos aberrantes y tristes alternativas. 

Según el pensamiento derechista dominante, el mercado da lo que se merece a cada cual y a todos nos es dado situarnos en el lugar adecuado para recibir sus premios y recompensas siempre que estemos raudos para saber de dónde vienen los vientos más propicios y las mejores compañías. 

Para los que no sean capaces de tal cosa, siempre quedará, según el neodarwinismo social y estos señores tan avezados y humanos, el recurso al refranero: “A quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”, dicho popular que parece haber tomado como máxima de su acción política el actual gobierno en defunciones que actúa como si hubiese vuelto a sacar mayoría absoluta. 

Depredadores, ya sabemos quiénes son, banqueros, gentes del Ibex, contaminadores, ejecutivos fetén sin escrúpulos, tiburones financieros, politicuchos, abogados desalmados, muñidores del fraude fiscal, policías dispuestos a abrirle las carnes a ciudadanos por el simple hecho de protestar, explotadores, especuladores…; presas, todos los demás.

Mariano Rajoy, siguiendo a su maestro Fernández de la Mora, no dudó en hacer su particular alusión al darwinismo social en unos cuantos artículos publicados en la Galicia de su mocedad en los que aludía a lasupremacía en los estudios y otros ámbitos de negocio –todo en la vida es negocio- de las personas pertenecientes a linajes o estirpes de aquilatado abolengo, alusión que nadie podrá rebatir al comprobar que Rajoy y sus hermanos son todos notarios y registradores de la propiedad, mientras que la mayoría de los hermanos que viven en España con rango menor al de la familia del Señor Presidente raro es que hayan pasado del empleo de cabo o sargento chusquero, caso de tener oficio conocido. Para facilitar que las cosas sigan siendo como siempre han sido no se pueden escatimar esfuerzos ni en la escena pública ni en la privada, es por ello que los gobiernos de España, que casi siempre han sido de derechas y extrema derecha como Dios manda, han dedicado secularmente sus afanes y nuestros dineros a perpetuar el orden dispuesto desde los tiempos de Pelayo y Guifré el Pilós, tipos simpáticos donde los haya. Por ellos no ha pasado el Renacimiento, ni el Racionalismo, ni la Ilustración, ni la Revolución francesa, ni las revoluciones burguesas y proletarias que tan bien estudió y explicó Eric Hobsbawm, ¿para qué si esos acontecimientos sólo han servido para torcer el rumbo maravilloso que llevaba el mundo desde que el Altísimo lo creó en seis días y al séptimo descansó? Sí ha pasado, y de qué forma, el tradicionalismo, el nepotismo, el abuso y la defensa a ultranza del privilegio de clase, cosas estas en extremo necesarias para alcanzar la santidad.

Decía Don Quijote a Sancho –por cierto, ¡vaya homenaje campanudo que les están ofreciendo los patriotas del Estado español!- que “la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida…”, y en efecto, así es, por la libertad de los depredadores todo es lícito, todo, por cruel que parezca, encomiable: 

No sería posible que los ricos hubiesen aumentado bárbaramente su riqueza, y por tanto su libertad, que es la que de verdad hay que “poner en valor”, si no hubiese crecido exponencialmente la miseria de los que no son de su estirpe, seres cuyos sufrimientos no pasarán a la historia porque sus vidas son de todo punto insignificantes. 

De ninguna manera podrían disfrutar los mejores del bienestar del que gozan sin la libertad de empresa y de trabajo, que son aquellas que permiten al empresario pagar sueldos de miseria a los trabajadores para obtener mayores beneficios apropiándose de un porcentaje mayor de las plusvalías generadas sin que convenios colectivos ni otras limitaciones legales comunistas impidan la normal relación entre empresario y trabajador individual; tampoco sería el mundo como va volviendo a ser sin la libertad de enseñanza, que no consiste en que el profesor o maestro pueda desarrollar su trabajo utilizando los instrumentos pedagógicos que estime oportunos, sino en que el Estado regale miles de millones de euros a los colegios concertados de la Iglesia Católica para que adoctrine en la “Verdad” a niños, adolescentes y jóvenes. 

Qué decir de la libertad de expresión, puntal principal sobre el que se asienta la civilización occidental cristiana, hoy más que nunca, sin las amenazas impunes de Jiménez Losantos y sus amigos a personas que piensan diferente a ellos y por tanto ponen en riesgo la ley natural que es heredera de la divina; qué de la ley mordaza que gracias a Dios mantiene en la cárcel o bajo medidas cautelares a personas tan malvadas y peligrosas como Alfon, Bódalo o los sindicalistas y los titiriteros de Granada, qué de las bondades de los informativos y programación general de las televisiones que nos explican con claridad meridiana lo que sucede en esa antesala del infierno que es Venezuela pero apenas hablan de la pobreza que sufre más de una tercera parte de la población española por su propia inutilidad o de la interminable y merecida deriva de rentas públicas a bolsillos particulares propiciada por quienes saben de verdad utilizar el dinero con provecho obviando los despreciables intereses bastardos de la chusma. 

Empero, pese a las inconmensurables ventajas de todas y cada una de las libertades que recoge nuestra Carta Magna, hay dos que destacan –como en los Diez Mandamientos- sobre todas las demás. 

La primera es la sacrosanta libertad a no ser encarcelados, es decir, los depredadores somos tan irresponsables como el rey, por eso la ley da por hecho que nuestros actos se mueven, en cualquier circunstancia, por la búsqueda del bien, o más concretamente, del beneficio, y a nadie que busque su beneficio personal –tal como indican las inmarcesibles Leyes del Mercado- se le puede acusar de delito alguno sino de actuar conforme a Derecho; 

la segunda se la Libertad Fiscal, libertad donde las haya que posibilita a quienes tienen un rango social determinado no pagar a la Hacienda Pública ni un real sin que ello tampoco suponga menoscabo legal alguno ni desdoro social de ningún tipo y sí, por el contrario, el incremento exponencial del prestigio de quienes de tal manera actúan. 

Sin esas dos libertades que, como siempre fue desde la noche de los tiempos, permiten a quienes se lo merecen por alcurnia o capacidad de adaptación desarrollar su vida en plenitud, hoy cualquier indocumentado podría tener los mismos derechos que Don Mariano Rajoy, Don Amancio Ortega, Doña Ana Patricia Botín, Don Pujol o Doña Esperanza Aguirre, condesa consorte de Murillo, y eso sería tanto como concluir que los principios de mérito y clase no sirven absolutamente para nada.

Por último señalar, aunque pueda parecer algo liviano y de poco peso específico, la importancia que tiene la Libertad de Mentir, que es esa que permite prometer que no se tocarán la Educación, la Sanidad ni las Pensiones durante la campaña electoral, para luego, una vez obtenida la victoria diezmarlas y ponerlas en peligro de muerte para favorecer el negocio particular, que al fin y al cabo es lo que de verdad importa. 

Ahora van y nos votan, que vienen los comunistas.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro