En febrero de hace 51 años John F. Kennedy 

tomó la decisión 

de lanzar una invasión directa sobreVietnam del Sur

lo que pronto se convertiría en el crimen más extremo cometido 

desde la Segunda Guerra Mundial, 

con un costo en vidas humanas 

solo comparable al genocidio nazi.

 Autorizó la guerra química para arrasar las tierras cultivables 

con el fin de hambrear y destruir a la población. 


 

 

Kennedy ordenó que la Fuerza Aérea de EE.UU

bombardeara Vietnam del Sur 

(en febrero de 1962, se habían realizado cientos de misiones); 

autorizó la guerra química para destruir cultivos con el fin de 

hambrear hasta la sumisión a la población rebelde; 

y activó programas que acabaron llevando a millones de aldeanos 

a tugurios urbanos y a campos virtuales de concentración, 

o “Aldeas Estratégicas”. 


Allí los aldeanos serían “protegidos” contra las guerrillas indígenas 

a las cuales, como sabía el gobierno, 

apoyaban voluntariamente. 

Los esfuerzos oficiales para justificar los ataques eran escasos y 

la mayor parte fantasiosos. 


Un típico fue el apasionado discurso del presidente 

ante la Asociación Estadounidense de Editores de Periódicos 

el 27 de abril de 1961, cuando señaló que 

“en todo el mundo se nos opone una conspiración monolítica e 

implacable que se basa primordialmente en medios clandestinos 

para expandir su esfera de influencia”. 

En las Naciones Unidas, el 25 de septiembre de 1961, 

Kennedy dijo que si esa conspiración lograba sus objetivos 

en Laos y Vietnam “las puertas quedarán abiertas” 


 
 
 
 
 

A principios de 1965 calculó que unos 66.000 sudvietnamitas 

murieron entre 1957 y 1961; 

y otros 89.000 entre 1961 y abril de 1965, 

en su mayoría víctimas del régimen cliente de EE.UU. 

o “del peso aplastante de los blindados, napalm, bombarderos jet 

y finalmente gases vomitivos estadounidenses”. 

Las decisiones se mantuvieron ocultas, 

así como las espantosas consecuencias que persisten. 

Para mencionar solo una ilustración: 

Scorched Earth de Fred Wilcox

el primer estudio serio del horripilante y continuo impacto 

de la guerra química en los vietnamitas, 

apareció hace algunos meses 

–y probablemente se sumará a otras obras de la nohistoria. 


El núcleo de la historia es lo que sucedió. 

El núcleo de la no historia es “borrar" lo que sucedió. 

En 1967, la oposición a los crímenes en Vietnam del Sur 

había llegado a un grado importante. 

Cientos de miles de soldados de EE.UU. causaban estragos en 

Vietnam del Sur y se sometían las áreas pobladas 

a intensos bombardeos. 

La invasión se había propagado al resto de Indochina. 

 


Un triste aniversario que nos trae a la memoria que más tarde, Henry Kissinger, uno de los grandes artífices y prolongadores de este holocausto y del brutal Golpe de Estado del '73 en Chile, ese mismo año, recibiría en Oslo, para colmo de la ignominia y la vergüenza humana, el Premio Nobel de la Paz. 


 
 

Uno, ya sabemos como terminó, pero éste, como muchos criminales de guerra, uno de los más grandes genocidas de la historia, sigue, gozando de la más absoluta impunidad, escribiendo, disfrutando, seguramente, de sus nietos y dándole uno que otro consejo con sus múltiples y lucrativas empresas (Kissinger Associates, Kissinger & McLarty Associates, etcétera) a Obama en materia de diplomacia y política exterior... 

Si fuera africano o de algún otro sitio, seguramente, ya habría sido detenido, juzgado y condenado por algún tribunal internacional

 


Da la casualidad, y pese a la enorme odiosidad que siempre ha despertado este personaje, que el único que ha logrado fastidiarlo un poco, al intentar juzgarlo sin éxito por sus crímenes de lesa humanidad contra los Derechos Humanos, fue el ex juez Baltasar Garzón, fue este juez español que quiso llevarlo al banquillo de los acusados tal como llevo a MUCHOS GENOCIDAS, 

UN RECONOCIDO EN TODO EL MUNDO POR TRATAR DE DEVOLVER JUSTICIA A LOS OPRIMIDOS, SIN EMBARGO ENFRENTARSE AL ESTABLISHMENT AL PODER, LE TRAJO ESTAS CONSECUENCIAS, INHABILITACION PARA EJERCER Y POSIBLE ENCARCELAMIENTO, UNA VERGUENZA TOTAL 


 
 


Al margen de la pluma hostil del polémico escritor y periodista británico nacionalizado estadounidense, el recientemente fallecido Christopher Hitchens, autor del bestseller Juicio a Kissinger (2002), quien en uno de sus interesantes pasajes se encarga de recordarnos que en su oportunidad y con motivo del triunfo de Salvador Allende del 4 de septiembre del '70, nuestro "personaje" señaló "que no veía razón por la cual se le debiera permitir a cierto país hacerse marxista meramente por la irresponsabilidad de su gente". 

El otro pecado que cumple un triste aniversario, también de cincuenta años, es el bloqueo comercial impuesto a Cuba.

..

Una táctica de "estrangulamiento" de la economía que más tarde pondrían en práctica en otros países del mundo, siempre acompañada del consabido "programa" de desinformación, como en el citado "caso de Chile", desafortunadamente para el pueblo chileno con distinto grado de éxito. 

Nixon, se refería a esta estrategia, con su acostumbrado malsonante léxico en términos de "hacer aullar la economía". 

[Tomado de Periodistas en Español]